Durante estos días, llevamos a cabo la última tarea de los ajos de esta campaña: entregarlos a la
cooperativa para que sean clasificados, limpiados y vendidos. El trabajo es sencillo, ya que nosotros no tenemos que hacer nada, solo llevarlos. El personal de la cooperativa hace todo.
Los ajos se descargan en dos tolvas que tiene la
máquina de clasificar. Esta máquina está clasificando unos 900 palots al día (trabajando 16 horas). Al mismo tiempo, algunos trabajadores revisan el destrío (son los ajos que tienen algún problema: están rotos, mal cortados, con alguna enfermedad,…). El peso de este tipo de ajos es deducido al agricultor en su cantidad total, ya que el precio de venta no es el mismo e incluso algunos de ellos no se podrán vender.
El ajo morado es clasificado en cinco categorías, según su diámetro:
Identificación
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Diámetro (mm)
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Segunda
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30-37
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Primera
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37-45
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Flor
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45-50
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Superflor
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50-55
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Extraflor
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>55
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Cuando el palot es retirado de la máquina clasificadora, se le asigna una pegatina de trazabilidad. En esta pegatina existe un código de barras que identifica el número de socio al que pertenece los ajos, parcela, tipo de ajo, calibre, fecha de entrada,…
Por último, tenemos que preparar la simiente para la próxima campaña, que sembraremos en el mes de diciembre… hasta entonces podremos descansar de este cultivo que genera gran cantidad de trabajo.
Y llegó la última tarea de los ajos en el campo. Después de estar cuidándolos desde diciembre que fueron sembrados, solo nos queda cortar las raíces y el tallo para almacenarlos en palots (después los entregaremos en la cooperativa para que sean procesados y vendidos a lo largo del año). Como podéis ver, esta tarea es totalmente manual, por lo que se necesita de gran número de personas si quieres que no se alargue mucho en el tiempo.
Durante 5 días estuvimos trabajando unas 40 personas, la gran mayoría de ellas eran rumanos (desde hace años, todas las tareas de los ajos son realizadas por ellos y la verdad es que trabajan muy bien). El proceso de corte es sencillo: cada trabajador utiliza unas
tijeras y dos cajas pequeñas. En una echa los ajos buenos y en otra los ajos que están rotos o tienen algún problema. Nosotros les pagamos por palots, por lo que ellos van vaciando sus cajas hasta llenar el palot.
Al final, el momento más gratificante es cuando el camión sale del campo cargado con los palots… el trabajo ya está hecho y puedes descansar hasta la próxima campaña.
Después de hacer una puesta a punto (con cambio de look incluido) a la
Claas Dominator 98 SL Maxi durante el pasado invierno, los primeros trabajos que se realizaron con ella fueron las tareas de una segadora. Para ello, el cabezal de corte de la máquina es especial, ya que la cosechadora no se traga la mies como normalmente ocurre cuando está realizando sus tareas cotidianas en la cosecha del cereal, girasol,…, sino que la mies se pone en el centro del peine y pasa por debajo de la máquina, sin sufrir ningún proceso más que el simple hecho de ser cortada.
Las fotos que podéis ver a continuación están realizadas en
Orellana la Vieja (Badajoz). Nuestro amigo Juan José va allí (y a otros pueblos cercanos) a trabajar año tras año, antes de comenzar las tareas de cosecha en nuestra zona. Allí hay fantásticos paisajes, que podemos observar con las típicas encinas extremeñas, junto a varios toros y vacas, que son abundantes en algunas fincas de aquella zona.
Respecto a los trabajos realizados, tenemos la sensación que la
Dominator algunas veces tiene serios problemas para poder segar toda la mies que tiene la parcela por lo que la velocidad de trabajo no supera los 6km/h (el corte es de 5,2m de ancho)… incluso en algunas zonas, la máquina queda atascada con gran facilidad y es necesario de un tractor o una excavadora para sacarla del barro (según nos contaba, en una mañana llegaron a atascar hasta 8 veces).