Tratamiento fitosanitarios con drone

Nuestro amigo Luis Alcázar, de la empresa Pulveriza Dron, nos propuso hacerle una visita en su trabajo con el drone DJI Agras T30. Era la primera vez que veíamos volar un drone de esas características a la vez que trabajando.  Así, la mañana no defraudó ya que fue bastante impresionante ver el vuelo y el proceso de trabajo que lleva el aparato… pero vayamos por partes. 

En primer lugar, antes de hacer el vuelo hay que hacer una programación de este para que el trabajo sea casi automático. Para ello, hay que geolocalizar la parcela y configurar la anchura de trabajo, así como diferentes parámetros según el trabajo a realizar, el tipo de cultivo, etc. Una vez que el drone está preparado para volar, hay que tener en cuenta que las baterías duran unos 6 minutos y por tanto ese será el tiempo en vaciar el depósito de 30 litros que lleva el drone (también se dispone de un depósito para sólidos que es similar a una pequeña abonadora). Es importante disponer de varias baterías y de un generador que las vaya recargando para así poder trabajar una jornada completa. 

En segundo lugar, hay que preparar el producto fitosanitario que se va a utilizar en el tratamiento. Este producto suele ser de materia activa principalmente, pero también se utiliza agua para hacer una mezcla correcta. Esta mezcla se suele hacer en un depósito auxiliar de 500 litros y uno de los operarios es el encargado de suministrar el líquido mientras que el otro cambia las baterías… suelen trabajar dos personas con el drone: piloto y manipulador de productos fitosanitarios. 

Por último, nuestra impresión fue que es una herramienta a tener en cuenta ya que para cultivos o situaciones donde no puedes entrar con el tractor o Unimog (cultivos altos, zonas de barro o encharcamiento, etc.), es una solución perfecta. Además, en cultivos de alto rendimiento (cereales de riego, etc.), te genera una ventaja ya que no daña ninguna parte de la parcela (roderas del tractor) y por tanto tienes más cosecha y al no pisar, el cultivo es uniforme en su totalidad y la recolección es más sencilla.

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Cereales. Trabajos hasta la recolección

Después de la sementera y la nascencia que hemos tenido, seguimos trabajando en el cereal de invierno. Las tareas siguientes hasta llegar a la recolección se basan en tres trabajos básicamente: abonado de cobertera, compactación y escarda de malas hierbas. 

En esta entrada podéis ver nuestros trabajos de abonado de cobertera, que este año hemos elegido el abono Marte 45 del fabricante español Medifer con una dosis de 240 kg/ha. Es un abono que ya hemos usado varios años anteriores y tiene muy buenos resultados. Además es el que hemos encontrado a un precio razonable (aunque demasiado alto en comparación con otros años). Esperemos que tengamos lluvias para que la planta lo pueda aprovechar en su totalidad. 

Por otro lado, después de realizar el abonado de cobertera, hemos pasado el rodillo para compactar el terreno. El objetivo es que la raíz se quede mejor fijada a la tierra ya que con los fríos el terreno tiene a quedarse un poco hueco y además las piedras que tenemos se esconden en el terreno para así poder tener una recolección más cómoda con la cosechadora, ya que las piedras siempre son un problema para esos trabajos de recolección. Para esta tarea hemos usado nuestro nuevo rodillo, del fabricante Gaher Metalic

El siguiente trabajo y tal vez el último antes de cosechar es aplicar los tratamientos fitosanitarios necesarios para matar las malas hierbas y cuidar las planta cuando detectamos alguna enfermedad… pero de esto seguro que os hablamos en otra entrada. 

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Sementera de cereal y leguminosas

Los días de sementera por excelencia tienen lugar durante los meses de noviembre y diciembre. Primero comenzamos con con el cereal y después continuamos con las leguminosas. En el cereal, primero sembramos el triticale (variedad Coplac), continuamos con el trigo (este año hemos sembrado la variedad Albufera, que es un trigo de ciclo corto) para terminar con las cebadas (este año hemos sembrado Rubiana y Medinaceli)… todo esto durante los meses de noviembre y principio de diciembre. En noviembre tuvimos serias dudas de cuando comenzar a sembrar ya que no llovió hasta mediados de mes, el terreno estaba muy seco y las previsiones de lluvia no eran nada positivas. Al final llovió y hemos tenido una sementera muy buena. 

Ahora, durante estos días de Navidad estamos sembrando leguminosas: lentejas de la variedad Eston y Pardina, a parte de los yeros. Con la nueva PAC muchos agricultores han comenzado a sembrar leguminosas. En nuestro caso, no hemos notado diferencia ya que desde hace años rotamos con leguminosas en vez de con girasol (que es lo normal en Cuenca, por ejemplo). Los veranos tan secos y las altas temperaturas hacen que el girasol ya no sea atractivo en sus rendimientos. 

Durante los primeros días de noviembre (con el suelo muy seco) hicimos una pequeña prueba de nascencia como podéis ver en las fotos. Sembramos unos granos a diferente profundidad para ver cómo nacen y la evolución en las primeras semanas de crecimiento. Días después de sembrarlos, hemos tenido bastantes precipitaciones, por lo que las condiciones del suelo han cambiado radicalmente. Los granos que sembramos a unos 2 cm de profundidad claramente nacieron muy rápido, pero los que sembramos a 6 cm y 9 cm han nacido bastante bien e incluso diría que a día de hoy tienen incluso mejor aspecto la planta que los que están sembrados a 2 cm… iremos observando la evolución. 

Aprovechamos para desearos una feliz navidad y un próspero año nuevo 2023 lleno de salud, buenas cosechas y precios justos.

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Pasando la viga

Una vez hecha la recolección del cereal y los trabajos de empacado han terminado, comenzamos con la planificación y trabajos de la próxima campaña. Uno de los trabajos a realizar es la incorporación de los residuos del rastrojo y paja al terreno, con el objetivo de integrar esa materia orgánica en el suelo. 

En nuestro caso, los trabajos de incorporación de los residuos de paja y rastrojo se hace de la siguiente forma: 

  1. Pasada superficial de cultivador o grada rápida. No se puede hacer mucha labor ya que no hay tempero y el terreno está muy duro. Se trata de romper el rastrojo. 
  2. Dos pasadas con la viga que terminará por mezclar la paja con la tierra a la vez que la recorta en trozos pequeños. 

Nos centraremos en el segundo paso que os comentamos, por ser el más novedoso y que lo realizamos con una viga que como podéis ver en las fotos, es un apero bastante rudimentario pero muy eficaz. Es cierto que existen algunas vigas más sofisticadas (suspendidas con plegado hidráulico, diferentes grosores de perfiles, etc.), pero la nuestra es la más básica y por tanto económica, pero no por eso deja de hacer una buena labor. 

El apero consiste en dos vigas (forma de H) unidas, con una anchura de trabajo de 7 metros que van tiradas por dos cadenas. Cuando la viga carga tierra y paja, la labor que realiza es espectacular. Además, la velocidad de trabajo es bastante alta y con la gran anchura que tenemos, las hectáreas que puedes trabajar en una jornada son muchas… con un consumo muy reducido ya que el tractor no va trabajando prácticamente nada. Tal vez, el único inconveniente que puede existir es que estos trabajos hay que hacerlos en días de calor ya que la paja es mucho más manejable cuando está muy seca. 

En cuanto a vuestra experiencia, ¿alguno de vosotros usa alguna herramienta similar o mejor? Esperamos vuestros comentarios.

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