Olivar (II). Poda de formación

En el artículo anterior hablamos sobre la poda de aclareo que se aplica a los olivos que están en producción. En esta ocasión, abordaremos algunas de las características más importantes de la poda de formación. La poda de formación, como bien indica su nombre, se realiza para formar el olivo. Es a partir del primer año cuando se empieza a realizar este tipo de poda, que concluirá con un árbol perfectamente formado y listo para producir el máximo de kilos de aceituna en años sucesivos.
Esta poda puede ser más o menos agresiva, según el crecimiento del árbol. Si el olivo va creciendo con fuerza, se puede hacer una poda más agresiva, pero si el olivo va creciendo lentamente (normalmente en parcelas de secano), lo ideal es hacer una poda ligera o incluso esperar algo más de tiempo para que el tronco sea más grueso. Al igual que la poda de aclareo, lo ideal es realizarla en la época cuando ya no se den muchos fríos, ya que el árbol se queda desprotegido después de la poda de formación.
En este tipo de podas hay dos técnicas, la primera con despunte del olivo y la segunda sin despunte. Nosotros hemos practicado la segunda técnica, ya que necesitamos que el olivo continúe creciendo sin ramificarse excesivamente. El objetivo principal de esta poda es eliminar las ramas que están en la parte baja del tronco. Con ello el árbol crecerá en su parte alta. A la vez, vamos formando el tronco que será muy importante para aplicar una recolección mecanizada (mediante vibrador-paraguas).
A la hora de eliminar ramas de la parte alta, el objetivo es formar la cruz (primeras ramificaciones) a una altura entorno a un metro, por lo que tendremos que dejar el tronco limpio hasta las primeras ramas que veamos que son similares en grosor que nos indicarán las ramificaciones en el futuro. Se recomienda realizar los cortes a 1cm de distancia del tronco, para que así las cicatrices no sean tan directas en el tronco.
El tema de la poda es un asunto muy discutido, ya que según el agricultor, la zona, el tipo y variedad de árbol hay que aplicar de una forma u otra. De tal manera, lo comentado aquí es lo que nosotros hemos hecho y lo que consideramos más oportuno para nuestra explotación. Seguro que muchos agricultores han hecho otra técnica que deseamos conocer… esperamos vuestros comentarios.

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Olivar (I). Poda de aclareo

En los dos siguientes artículos trataremos las tareas de poda en el olivar: poda de aclareo y poda de formación. En esta ocasión, hablaremos de la poda de aclareo (también llamada poda de producción) que hemos realizado a los olivos que están en plena producción. Estas tareas son recomendadas hacerlas cuando la actividad vegetativa del árbol sea mínima, cosa que ocurre entre los meses de enero a abril. Con las tareas de poda ayudamos a prevenir el envejecimiento prematuro del árbol, además favorecemos el renovar las ramas eliminando ramas viejas y creamos un crecimiento equilibrado. Nosotros podamos los olivos cada dos años y hacemos coincidir la poda con el año que más cosecha tiene (recordar que son árboles que normalmente tienen buena producción cada dos años). De esta forma ayudamos a que el año que menos rendimiento genera sea menos agresivo para el árbol. 
La poda de aclareo consiste en seleccionar las ramas que se van a eliminar con el objetivo de que el aire y la luz puedan entrar por todas las partes del olivo. El olivo, para su desarrollo y buena producción, necesita gran cantidad de luz solar, por lo que cuando tiene demasiadas ramas genera sombra entre ellas y esto puede ser perjudicial para su rendimiento. Hay que tener cuidado si eliminamos demasiadas ramas ya que la luz podría dañar el tronco por insolación. También aprovechamos esta tarea para formar la copa del árbol y así tener todos la misma forma, evitando que las ramas se queden a mucha altura y podamos tener problemas en la recolección (recordar que realizamos una recolección manual). 
Una vez se ha terminada la poda, hay que recoger todos los residuos generados. Estos, antiguamente, se solían eliminar con fuego pero en los últimos años está predominando la opción de picar esos residuos con el objetivo de volverlos a incorporar a la tierra como materia orgánica. 
Después de la poda, lo ideal es curar las cicatrices que se han generado con los cortes mediante tratamientos fitosanitarios. Las heridas son las principales entradas de bacterias al árbol… pero de esto hablaremos en futuros artículos.

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