Una de las tareas clave que realizamos cuando el frío del invierno ha pasado es la poda del olivar. Normalmente comenzamos este proceso en marzo, pero este año, gracias a las abundantes lluvias, tuvimos que empezarlo un poco más tarde, casi en abril… como bien dice el refrán, “no hay mal que por bien no venga”.
En esta entrada queremos compartir un breve resumen de nuestro trabajo de poda, así como algunos consejos y aspectos a tener en cuenta al podar los olivos. En esencia, podríamos resumirlo en una frase: “quitar todo lo malo y dejar lo bueno”… Pero, ¿cómo saber qué quitar y qué dejar? Cada árbol te lo indica.
Para comenzar, es importante entender qué tipo de poda vamos a realizar. No todas las podas son iguales:
- Poda de formación para olivos jóvenes.
- Poda de aclareo para árboles en plena producción.
- Poda de renovación para olivos más viejos.
En nuestro caso, nos centraremos en la poda de formación y de aclareo, que son los olivos que nosotros tenemos.
Aplicamos la poda de formación a olivos de hasta seis años, con el objetivo de prepararlos para la recolección mecanizada con paraguas.
Los objetivos principales son:
- Elevar la cruz del árbol a una altura que permita que la máquina pueda trabajar sin problemas.
- Evitar que las ramas bajas toquen la lona del paraguas.
- Formar la cruz con dos o tres ramas principales.
En cuanto a la poda de aclareo, aplicada a olivos de más de 6 años, lo que se busca es mantener la relación hoja-madera, es decir, tenemos que quitar madera para tener la menos madera posible (ramas gruesas) y tener la máxima hoja. Además, también se intenta quitar ramas verticales (machos) para que prevalezcan las ramas más horizontales (hembras) que es donde normalmente más aceituna tendrá el olivo… como os comentábamos, en este tipo de poda el árbol te indica lo que tienes que quitar.
Este tipo de poda se aplica a olivos de más de seis años y busca mantener un equilibrio entre hoja y madera.
Las tareas principales incluyen:
- Eliminar el exceso de madera (especialmente ramas gruesas) para favorecer el crecimiento de hoja, esencial para la producción de aceituna.
- Retirar las ramas verticales («machos») para que prevalezcan las ramas más horizontales («hembras»), que suelen ser más productivas porque es donde más aceituna tendrá el olivo.
- Observar la estructura natural del árbol, porque, como solemos decir: “el olivo te dice lo que tienes que cortar”.
Algunas de las cosas a tener en cuenta en todo tipo de poda podrían ser:
- El olivo se tiene que quedar bien vestido, es decir, no podemos dejar sin hojas el olivo.
- La poda se basa en eliminar lo que sobra para dejar lo bueno, es decir quitar las “ramas malas”, para dejar las “ramas buenas”.
- No se deben quitar ramas finas, es decir, las ramas gruesas no deben quedarse “lijadas”.
- La poda varía en función de la variedad del olivo.
- Un olivo picual quiere una poda más agresiva para quitar rama gruesa ya que es una variedad que tiene a generar mucha madera.
- Un olivo hojiblanco quiere una poda menos agresiva para quitar menos madera ya que es una variedad con una estructura fina de madera.
La poda es esencial para mantener olivos sanos y productivos. Ya sea formando árboles jóvenes o aclarando ejemplares adultos, el objetivo siempre es el mismo: eliminar lo innecesario para fortalecer lo importante — y dejar que cada árbol te guíe.